Este plato se elabora con bacalao procedente de Noruega, lugar donde se produce mayormente debido a sus condiciones climáticas y situación geográfica y la República Dominicana importa al menos un ochenta 80 % por ciento de su consumo.
Desde el siglo XV se aplica una técnica de salazón y secado del bacalao, para que el pescado curado pueda mantener sus condiciones en los climas más cálidos de Europa y hacia el Caribe, este método permite que el bacalao tenga una vida útil más larga y hace que sea seguro almacenarlo a temperaturas más altas durante períodos de tiempo más largos; Esta técnica se empleó antes de la existencia de contenedores refrigerados, para que se mantuviera durante el transporte y los viajes de gran distancia.
Al Bacalao generalmente lo guisan con revoltillos de huevos y con tayota, en algunas ocasiones se le puede agregar pescado, vegetales, berenjena guisada, con huevo, espaguetis, chuleta ahumada o molondrones, los sabores dominicanos surgen de la mezcla de distintos ingredientes.
Se trata de un plato bajo en calorías, fácil de preparar, además de que la tayota es rica en fibras, ayuda a la circulación de la sangre, regeneración de células, fortalece los huesos, retrasa el envejecimiento y también ayuda a combatir la diabetes.
Como curiosidad en República Dominicana mantienen refranes sobre este plato, como por ejemplo: “el que come tayota, bebe cerveza y besa una vieja, ni ha comido, ni ha bebido, ni ha besado” o “Comer tayota y nada es prácticamente lo mismo”, estas frases suelen escucharse con mucha frecuencia porque el bacalao por sí mismo tiene un sabor insípido, por eso se requiere que sea preparado y sazonado con condimentos naturales.